viernes, 8 de abril de 2011

Restaurar una Sanglas, Capítulo 4: Desmontándola entera

            Está claro que para poder restaurar cualquier elemento mecánico, primero hay que desmontar todo lo que se pueda para bien revisar o bien reparar cada uno de ellos, haciendo un trabajo completo que nos sirva por una parte para conocer a fondo la máquina, y por otra parte para disfrutar durante más tiempo. Creo que las reparaciones son de dos tipos, las profesionales que tienen que acabar en cierto tiempo para hacerlas rentables. Y por otra parte las personales, que sin tantos medios ponen más cariño en el resultado final, no voy a entrar en cual es mejor, pues seguro que dependiendo del nivel de conocimientos y paciencia del restaurador la balanza puede inclinarse a uno u otro lado. Pero por lo general y hablando de reparaciones, los talleres suelen ir más a lo práctico y rápido. Lo nuestro al ser una afición nos da la oportunidad de perder el tiempo en cosas que no merecen la pena al profesional. Ayer mismo perdí un buen rato fabricando un pasador para sujetar el conmutador de la luz de freno de la FEYS, ya se que en las ferreterías los tienen y valen unos céntimos, pero me entretuve un rato limando el cable de 0,7mm hasta que cupo por el orificio. ¿Pérdida de tiempo? Tal vez.

            El proceso de desmontaje fue bastante rápido, pues el orden de quitar las piezas no es muy importante y casi las vas quitando según se presentan. Antes de empezar me hice con unos clasificadores de anzuelos para guardar cada tornillo con un pequeño cartel que me recordara dónde iba a la hora de montar. Otra forma para clasificar los tornillos que he visto es dejar atornillado el tornillo allá donde va, pero dificulta el proceso de pintado o pulido de según que piezas. También tenerlos separados te permite llevártelos a la casa de tornillos para pedir los que te hagan falta si como en mi caso pretendes cambiarle la tornillería a la moto.

Primero le quité el vestido, el depósito, las tapas, los guardabarros y el asiento, así la moto ya parece medio desmontada y aprovechando el banco que es la propia moto empecé a desmontarle el motor.


En esta foto se pueden ver las tapas de los balancines que van con cuatro tornillos allen y arandela grower, los propios balancines que se sujetan con un par de tuercas de rosca muy fina, los espárragos del cilindro, para los que hace falta una llave de tubo del 14 en este modelo, o del 16 en el 350 de Fernando. Y por último el pistón que se sujeta a la biela por un cilindro que va sujeto con dos circlips. A la hora de desmontar esta parte además de la herramienta necesaria es importante no actuar con prisas teniendo en cuenta que el material con el que estamos trabajando tiene muchos años y que no se fabricaba con es estándar actual lo que puede llevarnos a pasar más de una rosca o incluso a partir alguna pieza importante. Recomendable el uso de aceites aflojatodo y mucha paciencia, ya saldrá.


 

Aquí se puede ver la culata desmontada tanto en su parte inferior como superior, el estado de suciedad y de acumulación de hollín era importante, después de trabajar con aceite y lana de acero quedó así:


 
Después de llevarla al tornero a poner el helicoil de la bujía quedó aún mejor. El trabajo del rectificador consistió en desmontar válvulas, repasar los asientos de estas, esmerilar tanto las válvulas como sus conductos, y ponerle el helicoil de la rosca de la bujía.
 


Una vez quitada la culata esta es la vista del motor, si alguien sabe por qué no lleva junta de culata que lo diga pues está claro que el aceite se escapa de esos pequeños retenes y acaba dejando la moto hecha una aceitera.






Para quitar el cilindro seguir usando un poco de paciencia y usar la palanca con precaución para despegar la parte inferior del bloque motor. Si hacemos palanca en algún sitio delicado como las aletas del cilindro podemos partir alguna y tienen mal arreglo.

Es importante que el motor quede tapado para evitar que la suciedad y lo que sería más grave cualquier tornillo o pieza metálica acabara en su interior lo que acabaría ocasionando un daño grave una vez cerrado y puesto en marcha.



El resto del desmontaje es cuestión de entretenerse quitando muchos tornillos y clasificándolos para el posterior montaje, poco a poco la moto va quedándose en el chasis hasta que al final.



Se acaba por desmontar hasta el último tornillo. En esta última foto se puede ver el chasis sin ningún elemento, el estado del mismo era lamentable pues el tiempo y el líquido hidráulico vertido habían hecho mella en varias partes, dónde la pintura se caía con solo rozarlo con la mano.

El proceso me llevó cerca de un mes pues fui muy despacio y a ratos, guardando bien todas las piezas con sus correspondientes tornillos y haciendo muchas fotos que pudieran documentar esta trabajo como recordarme el estado original. No es necesario terminar de desmontar al completo una moto, en mi caso tenía la intención desde el principio para aprovechar y aprender cuanto más mejor, pero en algún caso el estado del chasis será el correcto y no merece la pena desmontar más que aquellos elementos que queramos reparar o restaurar.

Tampoco es preciso esperar a tener todo desmontado para empezar a reparar, pues se pueden ir haciendo ambas cosas paralelamente, hay que recordar que ciertos trabajos dependen de talleres a los que hay que desplazarse, estos tienen que terminar el mismo o buscar el hueco para hacer el favor, algunos de los trabajos son caros, y al final es bueno ir repartiendo tanto el trabajo como el gasto a lo largo de este proceso de restauración.

Aquellas piezas que estuvieran bien o sólo necesitaran una limpieza y puesta a punto, hay que empaquetarlas para su posterior montaje pues como ha sido mi caso, al tardar tiempo en acabar podemos encontrarnos la pieza en la que invertimos tiempo criando arañas y doblamos el trabajo. Yo guardo las piezas en cajas envueltas en papel de periódico pero he visto que los recambistas las guardan en bolsas de plástico acolchado. Todo depende de los materiales con los que cuentes.

La herramienta para desmontar es la normal, en este aspecto mi experiencia es que la buena herramienta es cara pero luego va mejor, ajusta con más exactitud a las tuercas y tornillos e inflinge un daño menor a estos, evitando posteriores problemas, aunque con la habilidad y paciencia suficientes una herramienta de calidad media hace bien el trabajo. También aquí depende del presupuesto o el uso posterior que se le vaya a dar. Ocurre a veces que algún amigo tiene esa herramienta que a ti te hace falta y para un uso viene de perlas el préstamo a interés de cervecita.

Con respecto a los líquidos que iremos drenando e incluso a los trapos y papeles que usemos para limpiar tanta grasa acumulada conviene recogerlos y depositarlos en lugares previstos al efecto y no con la basura normal.

En estos elementos incluyo, aceite de motor, horquillas y amortiguadores, baterías viejas, líquidos de freno, ruedas viejas, hierros y plásticos viejos y en mal estado que no podamos recuperar.

No hay comentarios: