lunes, 29 de septiembre de 2008

Mi historia con las motos

Todo empezó siendo yo muy pequeño, apenas 5 o 6 años. Mi padre tiene un amigo llamado Joaquín que aún es mecánico de motos, solíamos ir los sábados por la mañana a hecerle una visita, ellos, los mayores, hablaban de la vida y de balonmano y yo me quedaba embobado viendo las pequeñas motos que arreglaban, en su mayoría Vespas y Ducatis pequeñas. También me gustaba mucho verles trabajar en las motos y como eran capaces de dejarlas prácticamente nuevas. Entonces no se llamaba restaurar sino simplemente arreglar para dar nueva vida a motos ya deshauciadas por sus anteriores propietarios y que algún mozo había rescatado para contar con un medio de transporte barato, que eso eran las motos antes.


Mi padre tenía la costumbre de ponerme objetivos a final de curso para que me esforzara en el colegio, un año el regalo por haber conseguido las notas acordadas fueron unos patines con los que me divertía un montón, otro un reloj, pero en tercero de EGB fue una minimarcelino, una moto muy pequeña que parecía hecha para un chaval de 8 a 10 años y que ya había dejado de fabricar Ducati.





El caso es que pese a conseguir los resultados académicos requeridos, la búsqueda de la pequeña moto tanto de mi padre como de su amigo Joaquín fue inútil, no había ninguna posibilidad de encontrar una en un estado recuperable.

Así que mi padre me prometió que a los 16 años me compraría un ciclomotor, yo tenía 8 por aquel entonces, os podéis imaginar lo largo que me pareció aquello pues era el doble de mi vida. Pero lo acepté con resignación y seguí montando en mi bicicleta por los caminos polvorientos de Calicanto, una zona cercana a Valencia que es de donde yo soy.

Pero la espera se fue amenizando, primero con la herencia de una motoretta de GAC que mi tío había retirado por la a su vez heredada Mobilette de nuestra tía Loli. Para mi la motoretta era como un avión, ruedas gruesas de tacos, asiento mullido y refuerzos para poder hacer un poco el cabra por el campo. A mi tío la Mobilette le pareció igual de reforzada y juntos hicimos nuestros pinitos en un campo de cross cercano. Aún no entiendo mi inconsciencia y la de mi tío al dejarme la moto en aquellos saltos y badenes. Afortunadamente nunca nos pasó nada, pues nuestro traje de protección se limitaba a un bañador, una camiseta en el mejor de los casos y unas zapatillas de deporte. Ni casco ni nada, eran otros tiempos.





Así era la motoretta, aunque la mía era blanca y negra.



Qué recuerdos...






Y así era la Mobilette

El caso es que después de un tiempo, la legislación cambió y se pudo conducir ciclomotores desde lo 14 años, así que mi padre y yo comenzamos la búsqueda de un Vespino, al final encontramos uno como este.



El mío además llevaba una cesta, y previo paso por el taller de Joaquín, la moto la llevamos a Calicanto donde estuvo esperando a que yo cumpliera los 14. La única limitación que tuve para llevarla es que siempre tenía que llevar el casco puesto, de hecho tuve el casco antes que la moto.

Con mi vespino azul hice mis pequeños viajes, dentro de la Comunidad Valenciana, sólo me dió un par de pegas, dada la facilidad de quitar el tapón de gasolina, me lo robaron y dada mi escasa economía, le puse como tapón uno de una lata de aceite, que cerraba tan bien que hacía vacío en el depósito y la moto se paraba.


Otro inconveniente fue la obturación del tubo de escape por ir siempre "guardando" el motor, con lo que hubo que darle unos golpes hasta que soltó toda la carbonilla, dejó de fallar, pero se quedó todo abollado, y es que así se arreglaban antes las cosas...

El Vespino cumplió con creces mis expectativas, pero todos mis amigos comenzaban ya a disfrutar de pequeñas 75cc, mi sueño entonces era una Vespa de 75, las estuve mirando de segunda mano esperando una oportunidad, pero mi padre volvió a sorprenderme con la compra de una Honda MBX. La moto réplica en miniatura del entonces Campeón del mundo Freddie "Fast" Spencer.


Esta moto tenía, para aquel entonces todo lo que un quinceañero podía soñar, un motor de dos tiempos de 12CV, cuerpo de la moto totalmente dinámico e integrado, colín réplica de carreras con intermitentes integrados, mandos e instrumentación de moto grande, freno de disco delantero, engrase por separado y un silbido único y nada molesto. Como digo un verdadero sueño para un chaval.

Pero llegaron los 18 y pese a la insistencia de mis padres en cambiar a las cuatro ruedas, tanto mi pasión como el buen clima de Valencia me hizo decantarme de nuevo por las dos ruedas. Para mi el salto lógico habría sido una Yamaha RD350, otra dos tiempos, nacida en los circuitos de la que luego supe que llamaban "matapijos".




Pero su fama también llegó a oídos de mis padres que se negaron en rotundo a este modelo, bueno, afortunadamente había ya mucha oferta donde elegir, y yo me topé con esta.



De esta moto vinieron a España muy pocas unidades, de hecho yo solo la vi en el concesionario, y me escandalizó su precio, 967000 pesetas, mientras que la VF500FII costaba justo un millón y una CBR600 apenas cienmil pesetas más. Era mucho dinero para aquel entonces, pero alguien vendía una por mucho menos de la mitad.



No hubo duda, la venta de la MBX, por más del valor de compra, pues subieron de precio una barbaridad, un veranito haciendo lámparas en la fábrica de mi amigo Ramón y una ayudita de mis padres y tuvimos para pagar aquella preciosidad. De nombre "Bigna" en honor a una chica que conocí en Londres y con la que pasé unos ratos estupendos.


Lo que en principio no sonó como la mejor opción, al menos para mi, se convirtió en una estupenda montura, con la que hice buenos viajes e incluso una mudanza, eran tiempos de estudiante, y de lo único que tenía eran libros y apuntes, pero pudo con todos de una sola vez.


Lo malo fue que mis estudios en Salamanca, con su clima adverso en invierno, me hizo replantearme la necesidad de ir cubierto por algo más que un Barbour y unos guantes y el Simca 1200 pasó a ser mi medio de transporte. La moto quedó en Valencia donde unos desaprensivos le quitaron unas piezas. La pude rescatar al tiempo de la tienda de motos donde la dejé para su venta ya que no enamoró a nadie pero finalmente y con la boda a la vista me deshice de ella muy a mi pesar.

Los años y los hijos cayeron casi sin darme cuenta y un día vi un anuncio en el periódico que ofertaba el BMW C1 en régimen de alquiler y posterior compra o devolución. Fue mi vuelta a las dos ruedas.

De no ser por su falta de motor que impedía rodar más allá de los 110 sin reventarlo, aún lo tendría. Es práctico para todo. Pero para carreteras de circunvalación se que da corto de motor.





Así que ya acostumbrado de nuevo a ir en dos ruedas, busqué una alternativa y encontré una CB500S, muy parecida a mi antigua CB pero con un motor mucho más alegre y con un pequeño carenado.


Esta moto para mi es ideal, cómoda, potencia de sobra, económica, lo tiene casi todo. LA estuve usando casi a diario, incluso por trabajo tuve que ir a Valencia y como estaba sin coche me fui con ella, se portó de lujo, y luego allí resultó muy práctica, a la hora de volver se quedó en casa de mi hermana donde mi cuñado la probó y como le encantó acabó quedándosela. Así que tuve que empezar a buscar moto de nuevo, con más viajes a la vista busqué algo más rutero y con maletas, me encontré con una preciosidad como esta:




Esta es la moto definitiva, más cómoda, más potente, con más capacidad de llevar pasajero y equipaje, con una protección estupenda contra el viento. Si acaso y por sacarle una pega, el peso, 280 kgs se hacen notar en parado y más de una vez me las ví de a quilo para sacarla del aparcamiento con poca pendiente. También me dió una buena temporada de uso pero pudo más el capricho de tener una moto nueva y al año y pico la cambié por una R1100S una máquina "pensada" para la competición.





Por fin había llegado a lo último en tecnología, motor boxer, refrigerado por aire y aceite, cuantro válvulas por cilindro, doble bujía, ABS evo4, paralever y telelever....

Además con la garantía de BMW y con sus habituales facilidades como maletas, puños calefactables, warning, de todo!

Pero..., siento poner tantos peros, a motos tan estupendas pero a cada una que llevas vas buscando lo que no tiene.

Por aquel entonces comencé a rodar en moto dentro de circuitos cerrados, lo que recomiendo a todo aquel que quiera aprender y disfrutar con una moto.

También comenzó por el miso tiempo mi historia de amor con la marca Sanglas, a la que dedicaré una entrada al blog exclusiva. Para estas dos nuevas pasiones, el circuito y las clásicas comencé con una FZR600 y una Sanglas 400T.






De la Sanglas como decía, hablaré largo y tendido en otra entrada. La Yamaha con la que posamos mis amigo Ramón y Yolanda, y yo con camiseta negra. Esta moto perteneció a Santi, tristemente fallecido en accidente de moto, él la había preparado bastante, le había cambiado la llanta trasera por una de CBR600, cosas en el motor que nunca averigué, escape hecho a mano, frenada mejorada, vaya que era un auténtico pepino, con ella comenzamos nuestros pinitos en circuito, y en un par de temporadas eramos capaces de andar bastante rápido con ella.













Y el fuego se nos metió en el cuerpo así que buscamos un par de motos con las que seguir aprendiendo, jejeje.







Esta moto es una Yamaha R6 del año 2004, está decorada con los colores del equipo PROMORACING, actual Yamaha Spain, campeones de España en el 2004 con Carmelo Morales, en el 2005 con Arturo Tizón y en el 2006 con David Salom.

Mi amigo Fernando me los recomendó, una visita a Barcelona con Dani Devahive de anfitrión fue suficiente para cerrar el trato, y en enero de 2006 "estrenamos" moto de carreras.

Si la FZR iba bien y tomaba las curvas a una velocidad increíble, la R6 lo hace mejor, y no un poco mejor sino bastante mejor, con 120kgs y unos 118Cv esta moto vuela por los circuitos, para Ramón y para mi son un verdadero lujo.

Con la facilidad que SGMracing nos dió fuimos capaces de incluso ser monitores en algún cursillo de conducción y pese a que ahora por falta de tiempo estoy en dique seco, este verano volví a rodar en el Jarama y el placer es indescriptible. Me reitero en la conveniencia de probar el circuito si lo que os gusta es rodar en moto, da igual si sois los más rápidos del día o los más lentos, si vais a disfrutar y no a competir lo conseguiréis.

Siguiendo con las motos para calle, vendí la BMW y compré una Suzuki del año 93 con la intención de "tunearla". Siguiendo de lejos los pasos de Fernando, que ya había preparado una con pinta de moto espacial, mi intención era modernizar la moto y dejarla a mi gusto estéticamente, pero seguir dejando su diseño original. También hablaré en otra entrada de esta moto y su preparación, de momento os presento a Susi.



Para el que no haya caído en el fenomeno "Gixxer", se trata de una GSXR1100W, tetracilíndrica, refrigerada por agua (de ahí la W) y aceite, y que se adelantó a su tiempo con horquillas invertidas, basculante tipo banana. Pero que rebajó la deportividad de las anteriores R en aras de hacerla un poco más rutera, ver asiento, sin dejar de imprimirle un carácter Suzuki (143Cv).

En mi afán de coleccionar motos, pasé de querer tener una Sanglas de cada, lo cual fue bastante complicado pese a conseguir una 400E, 400F, 400Y, 350/4-2 de las que hablaré largo y tendido y de las que sólo dejo la foto.






Pues de esta colección de "grandes de España" pasé a tener sólo una Sanglas y añadir a mi colección una Honda CB450S como la que tuve en tiempos.



Una VF500FII, como la que no tuve en tiempos pero que me encantó siempre



Y una BMW R100RS, una moto clásica con la que espero disfrutar un montón tanto arreglando como montando en ella. Aunque mis dos hijos mayores ya me la quieren quitar.



Por último, y me gustaría decir definitivamente, aunque si habéis leido hasta aquí ya sabréis en que baso mis dudas, Fernando y yo rescatamos una RD350, la matapijos, de un desguace y él le está dando nueva vida, pronto podré probar por fin la mítica RD, espero que no me defraude, de momento no está acabada, ya os lo contaré despacio



Hasta aquí mi historia con las motos, creo que no me dejo ninguna, un saludo a todos.

Tengo que retomar esta entrada para actualizar otras motos que he ido teniendo, una BMW R65, una gran máquina, dulce, cómoda y polivalente.

Y mi última adquisición, una BMW K75