martes, 21 de octubre de 2008

La pequeña Susi, mi gixxer.




Suzuki ha sido para mi siempre una marca de motos admirables pero temibles. Su extremo diseño deportivo me hizo mirar siempre a otras marcas con más cariño.
Mi experiencia se basaba en una prueba a lomos de la GSXR750'89 de mi vecino Luis, su posición incomodísima, su ancho depósito y bajos semimanillares y su carácter agrio, me hicieron admirar estas motos pero jamás pensé en tener una, nunca fueron una opción.


Pero el tiempo pasa y los gustos van variando, si bien los años recomiendan buscar monturas más cómodas que permitan conducir sin acabar entumecido, lo cierto es que al final el uso tan esporádico de la moto permite pensar en poder disfrutar mucho en pequeños momentos.

Mi amigo Fernando, gran deportista y piloto, derivó su afición hacia el fenómeno del tunning. Fernando se ha destacado siempre por productos exclusivos y pese a tener la posibilidad de elegir entre los modelos más equipados del mercado, en aras de esa exclusividad, se hizo él mismo una moto a su gusto, partiendo de la base de una GSXR1100W como la mía.

El resultado final de su preparación, de cuyo resupuesto prefiero no hablar, es una moto realmente espectacular, muy potente, muy bonita, con mil y un detalles que la han llevado a protagonizar portadas de revistas y que sigue siendo fruto de admiración en cada sitio que va.

Como son innumerables sus cambios, ni siquiera yo se todo lo que lleva, una imagen puede ser escalrecedora tanto del trabajo realizado como de las pasiones que levanta a su paso.


Después de acabar esta moto Fernando se hizo con un buen cajón de repuestos nuevos y piezas, tantas como para montar otra moto, y ahí es donde entré yo. Fue Fernando el que se encargó de buscar otra moto igual, de su trasnporte y prácticamente de su montaje. Lo he dicho en muchos sitios, pero debo repetirlo, mi amigo Fernando es muy especial y me quedo corto al decir que quiere a sus amigos como a hermanos.

El diseño final elegido para la nueva 1100 fue más parecido al original, por varios motivos. En primer lugar, variar de forma radical el diseño de una moto trae consecuencias legales y económicas. Por otro lado la ergonomía de la moto varía de tal forma que en ocasiones se convierte en un engendro incomodísimo de llevar pese a su diseño espectacular. Así que dejamos casi original la moto. Sus variaciones estéticas pasaron por adornar el motor, aligerar en 32kg la moto y dotar de mejores elementos a frenos e iluminación.

El resultado final no es tan llamativo como el de la moto de Fer, pero para mí es ideal, guardando las formas de una moto bonita en origen, pero al gusto estético del consumidor. El mío.



Susi a su llegada a Valencia era ya muy bonita, o por lo menos a mi me lo parecía, lo primero que me llamó la atención fue la gran anchura de la moto, sin embargo no era muy alta. El estado de la moto era aceptablemente bueno, mucha porquería acumulada y sin casi pegatinas decorativas.


Lo primero que hicimos fue limpiar y desmontar, una hidrolavadora industrial nos ayudó bastante, en la nave de Fernando hay de todo lo que hace falta a nivel industrial, así que todo fue muy rápido, tanto que en un solo día habíamos desmontado toda la moto.



Una vez limpia y seca, y despojada de todos los plásticos y gran parte de sus elementos mecánicos, la subimos a una mesa de trabajo para estar todos más cómodos. La idea con respecto al motor era dejarlo en su potencia nominal de 143 CV, aprovechando para pulir aquellas pares expuestas al exterior y darle un aspecto mucho más bonito, todo esto con una reducción drástica de peso, que llegó a 32 kg. y con una modernización de frenos y latiguillos, también los de aceite de motor. Esta moto tiene una cosa curiosa, la refrigeración es doble, por aire forzado adentro del carenado y por agua, siendo el primer modelo de las GSXR que lo adoptó. El radiador es doble, la parte superior refrigera el agua del circuito, y la inferior el aceite de lubricación del motor.

En cuanto a la parte ciclo, también fue pionera siendo la primera que montó un basculante tipo "Banana", futuro de los basculantes en competición y en deportivas extremas, este basculante tiene mayor rigidez que uno convencional para su longitud. El chasis es más reforzado que en modelos anteriores, aún no tiene la forma de U invertida que diseñó JJKobas, y que adoptaron en exclusiva las Yamaha con su "Deltabox", pese a su masivo aspecto superior, incluye una doble cuna inferior que da soporte al motor y rigidez al conjunto. El subchasis se puede desmontar pero yo quería guardar el asiento original, muy cómodo tanto para piloto como acompañante, así que nos limitamos a quitarle lo superfluo que venía en forma de hierros que daban soporte al guardabarros trasero y al portamatrículas, estos dos elementos los sustituimos por un pase de rueda en fibra hecho a medida y por una estructura muy ligera que soporta matrícula e intermitentes.


Al contar con piezas ya preparadas de la moto que anteriormente había hecho Fernando, el proceso fue muy rápido, pues todo fue desmontar lo viejo y montar lo nuevo. Las piezas que hubo que pulir y cromar como llantas, apliques y pequeñas piezas de sujección tardaron un par de semanas, pero mereció la pena esperar.

Aprovechamos para cambiar la tornillería, es curioso como hasta hoy en día, las motos más radicales y potentes, montan unos tornillos tan pesados, habiendo otros de aleación ligera que aportan ligereza al conjunto. Como en otros aspectos de la vida, la economía manda y se ahorra en estas cosas.








Todo esto lo conseguimos en apenas dos fines de semana, me pareció extremadamente rápido en comparación con la restauración de la Sanglas, en la que llevo cuatro años. Claro que Fernando era el "enanito" que cuando yo me iba seguía trabajando.

El tercer fin de semana, acabamos de montar el carenado, los semimanillares, las bombas de freno y embrague, el pase de rueda, prácticamente toda la moto, a falta de ruedas, aceite, agua, y gasolina.

El escape tuvo varias opciones, al final fue uno bastánte estándar pese a intentar uno muy moderno y corto que me encantaba.



Al final la excusa de la moto sirvió para juntar a tres amigos en muy buenos ratos


Y una vez montado todo, un traslado a Madrid y Susi durmió en casa por primera vez

Lamentablemente no acabó aquí la aventura gixxer, al parecer algo dentro del motor estaba haciendo estragos y al poco tiempo tuve que trasladar de nuevo la moto a Valencia, donde un mecánico amigo le rehizo por completo el motor, desde el cárter hasta la tapa de los actuadores de válvulas.

El rodaje de la moto fue una delicia y como prometí, volví a Valencia para su primera revisión después del "break-in".



Después de mes y medio sin moto pude volver a por la moto, pero al traerla había perdido toda su magia, se había convertido en una cafetera que iba bien hasta las 3000 vueltas, pero a partir de ahí sólo daba tirones y petardazos.

Todo indicaba un fallo de carburación, le dí mil vueltas a los carburadores, pero al haberle puesto unos filtros de aire muy abiertos, nunca daba con el ajuste adecuado, la moto iba muy bien en alta, pero hasta llegar a las 7000 iba muy mal y a tirones.

Acabé por llevarla de nuevo a un mecánico que la carburara adecuadamente, con el kit dinojet stage I, y el conveniente tapón a los filtros para que no entre tanto aire, la moto ha vuelto a ser una delicia. Solo tiene un problema, ahora los 143 CV están presentes y la moto hay que conducirla con mucho cuidado pues acelera una barbaridad. DE nuevo la Gixxer ha vuelto a sacar su carácter y llevarla produce la misma adrenalina que aquella 750 que probé. Uuuffff!

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