domingo, 4 de septiembre de 2011

Astur connection

Hola de nuevo, tras los calores del verano volvemos con nuevas entradas. Dado que la actividad motera se limitará a pequeñas reparaciones y mantenimiento a partir de ahora...

Já, no me lo creo ni yo, pero hace tiempo que quería añadir nuevos tipos de entrada que a algunos os parecerán interesantes, pues tienen que ver con el yantar.

Como primera receta y aprovechando la conexión del Paraíso, hoy hemos hcho nuestra primera fabada asturiana. Como en los programas de cocina, empezaremos con los ingredientes, como si fuera para cuatro personas, pero que coman bien, eh!!??

-500 gr de fabes. Que sean de buena calidad que te las has de comer tú.
-Compango, o acompañamiento de las fabes compuesto por:
-Dos trozos de panceta, lacón gruesos
-Dos chorizos, de los de comer
-Dos morcillas, aquí debo hacer una apreciación sobre el mundo de la morcilla, a lo largo y ancho de nuestra geografía encontramos muchos tipos de morcilla, de cebolla, de arroz, dulce, picante, etc. Esta es la morcilla asturiana, algo más fuerte de sabor y de piel más recia que las habituales de mi tierra que solo con pasar por la sartén se quedan sin piel y se dehacen para que sea más fácil hacerse un bocadillo.... Otro dia explicaré la técnica depurada del blanco y negro, otra exquisitez.

-Una cebolla
-Dos hojitas de laurel.
-Una ramita de perejil.
-Una pizca de azafrán.


Tan importante es contar con buenos ingredientes, como con tiempo suficiente para cocinarlos, no es este un plato que se prepare en una hora, ni en dos. Debemos planearlo con tiempo suficiente como para que nos de tiempo a poner en remojo las fabes, cosa que debemos hacer con agua fria abundante y la noche anterior a cocinarlas, el tamaño aumentará considerablemente, así que sed generosos tanto en el recipiente como en el agua que añadís para que la faba se hidrate e hinche. Igualmente y para que suelte parte de la sal que contiene pondremos aparte en otro recipiente los trozos de lacón a remojo, cosa que agradeceremos en el punto de sal final.

Con la boca ya hecha agua hay que esperar toda la noche antes de seguir con el placer de la cocina.

Al día siguiente con tiempo y temprano por la mañana comenzaremos la elaboración, con todo añadido en frio. La olla donde se cocine debe ser medianamente ancha, pero grande, porque esto ocupa bastante, de hecho he tenido que hacer un par de pruebas hasta dar con el puchero adecuado.




Añadimos todos los ingredientes desechando el agua del desalado y el remojo y cubrimos el conjunto con agua fría, conviene no pasarse añadiendo agua o quedará un caldo muy "sosín", durante la cocción podemos añadir agua fría si vemos que se va a quedar sin caldo.

El ritmo de cocinado es lento, hay que dejar que todos los jugos  del compango den sabor a las fabes. mientras estas se mantienen enteras y finalmente quedan como la mantequilla, suaves y ricas.

Y el tiempo variable, hay que ir probando, este sacrificio que lo haga el cocinero, hasta que notemos las fabes blanditas y a nuestro gusto. Si hay que remover el guiso, nunca con cuchara para no dañarlas, solo moviendo la olla.
Tras una hora de cocción lenta...
Tras dos...


Finalmente separar el compango y cortarlo a cachitos hará más fácil servir el plato, sobretodo si hay niños, que hoy han dado buena cuenta de las fabes, del compango y si nos descuidamos hasta de...

El néctar embotellado en verde que abunda por aquellas tierras del norte.

Así que un plato para disfrutar, dejando algo para mañana, jejejeje.


Y la sidrina bien escanciada eh!?, nada de vertida en el vaso, que se bata bien.

Aquí os dejo mientras me relamo y os deseo felices platos, aunque a veces sea lejos de tus amigos y familia con los que duele no poder compartir estos manjares.

Hasta la próxima!!

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