LEMD-LESA-LEMD

Cada día me resulta más difícil poder usar la moto, al tener unas cuantas la cosa aún se complica más pues me apetece probarlas todas y las ocasiones son muy pocas.

El día 4 de junio se celebró en Salamanca el XX aniversario de mi promoción y la ocasión la pintaban calva, había que ir en moto, era "necesario".

La tarde de antes intenté convencer a Alberto para irnos juntos, el en su Harley y yo en la Sanglas, pero los planes de vuelta eran distintos, así que él se fue en coche y yo elegí la BMW, que aún no había salido de la provincia de Madrid desde que la tengo hace tres años.

Así que para allí que fuimos, Alberto me fue echando fotos desde el coche, cosa que le agradezco en el alma, pues es muy raro tener fotos con tu moto en marcha.

En un ratito llegamos a Salamanca, la moto se portó de lujo, pero aún no estabamos hechos el uno a la otra, el culo me dolía, el cuello también..., como cuando vas solo en moto te da tiempo a pensar un montón de cosas, pensaba en las reparaciones hechas, lo bien que iba el eléctrico desde el cambio de la batería y la placa de diodos, cómo trabajaban las suspensiones, y lo bien que amortiguaba los pequeños baches, la carretera es prácticamente nueva. Los frenos sin embargo necesitan más rodaje, aún no se han acoplado bien y hay que tomarse las cosas con calma, dejando sitio con el resto de circulación por si acaso.

También me acordé del libro de la RS, donde explican el desarrollo del carenado, lo raro de este es que deriva el aire de forma que se crea una corriente que te sube de media espalda y te sale por los hombros, de atrás hacia delante, muy raro, sobretodo cuando estás acostumbrado a tener que ir luchando contra el viento que lógicamente te viene de frente. Luego te acostumbras y simplemente disfrutas de llevar los brazos relajados.

Poco a poco se te va llenando la pantalla del casco de mosquitos, alguno bien grande, pensé que la moto estaría igual, pero no es así, se ve que el diseño aerodinámico también preserva la moto de mancharse, no a ti, que llegas cual mosquitera de carnicería de cuello para arriba.;)

Mientras mis compis se registraban en el hotel saqué esta foto, que bonita es Salamanca, con lo cerca que está hay que ir más de una vez y disfrutar de esa maravillosa ciudad.

Después de disfrutar de la comida y de la compañía de los compañeros presentes, me volví para Madrid, con la idea de que no se me hiciera de noche, confío en la moto y en las cosas que le he hecho pero no hay que tentar mucho la suerte. Salí enseguida de Salamanca, y me debí pasar la gasolinera que seguro hay en la carretera pero que no ví, llegué hasta Peñaranda de Bracamonte donde pude poner gasolina en esta gasolinera tan bonita, aún con la decoración en azulejos de hace 50 años, cuando Peñaranda se usaba de escala entre Madrid y Salamanca, y donde se podía reparar un pinchazo, revisar el motor, poner gasolina como yo, o tomarse un cafetito en el restaurante de Montse.


Después de las fotos, de nuevo a la carretera, viento en cola, que se nota con tanto carenado cuando la componente cambia por las curvas que vas trazando, los campos verdes y en flor, pocos coches, carretera nueva, el sol poniéndose a mis espaldas, la temperatura ideal para que ni te sobre ni te falte abrigo y para colmo, la BMW empieza a ir como si fuese una tetracilíndrica, todo suavidad, las reducciones fáciles, los frenos como nuevos, me dió pena llegar a casa cuando llevaba unos 100kms disfrutando de lo lindo, incluso me encontré con otra moto con la que compartí ruta hasta el peaje de San Rafael, yo pensé que él me pasaría a toda mecha, pero se quedó detrás, imagino que iría disfrutando tanto como yo del momento, y que la BMW le gustó porque pese a darle oportunidad de pasarme en varias ocasiones, se mantuvo a rueda todo el rato.

No os puedo contar más pues es un viaje corto, lo que me permiten mis circunstancias, ya haré alguno más...