Habitualmente el freno más grande, potente y efectivo es el instalado en la rueda delantera, en la trasera sin embargo el sistema suele ser más pequeño.

Al comentar estos datos con otros usuarios de moto, incluso en circuito, siempre ha surgido la discusión de cómo frenar y de porqué entonces se monta un freno en la rueda trasera.
He tenido unas cuantas motos usadas y he comprobado que muchos frenan principalmente con la rueda trasera, y también he leido técnicas de frenado que lo explican, trataré de ser breve.
Muchos de los usuarios de moto provienen en sus principios del uso de la bicicleta, vehículo parecido pero muy distante de la tecnología aplicada en motos. Es común que si frenamos fuertemente con una bicicleta, la rueda delantera se bloquee, cruce y provoque una caída. Tal vez de ahí venga la prevención de uso de la maneta derecha, pero basta una prueba de campo para comprobar que las distancias son menores con el uso del frenos delantero.
El trasero por su parte también tiene su utilidad tanto en uso cotidiano como en circuito.
Al circular despacio teniendo que usar mucho la dirección, por ejemplo circulando entre coches u obstáculos, usar el trasero es mucho mejor pues así no sobrecargamos la dirección y facilitamos la maniobra. Y si es el día de luchar contra el crono el uso del trasero mejora la frenada frente al uso del delantero solamente, pues evita que el traslado de peso hacia delante sea tan brusco y fácil para la moto, de forma que nos permite frenadas más intensas, en menor distancia y con mayor seguridad para entrar en curva al estar la masa de la moto más centrada.
Todo este prólogo solo para contaros que le he cambiado las zapatas al freno trasero de la K, que también estaba sobreutilizado, como todo en esta moto, el cambio ha sido muy sencillo y he aprovechado para cambiar también el amortiguador trasero y dejar el mecanismo y el cubo de la rueda limpio y libre de asbestos. Como dice el Clymer: Precaución!!! evitar respirar estos residuos de freno ya que pueden ser nocivos para la salud.
Lo primero quitar el guardabarros trasero, dos tornillos y aflojar las tuercas del colín.

Después desmontamos el soporte de la maleta derecha, cuatro tornillos.

Quitamos el amortiguador viejo y ponemos el nuevo, no sin antes apoyar el grupo trasero en un bloque de madera o un gato como en este caso para evitar daños en la transmisión.



Finalmente retiramos las zapatas viejas tirando simétricamente de ambas y montamos las nuevas fijándonos en el apoyo en la leva que acciona el freno trasero y de la misma forma se meten "plegando" las zapatas sobre si mismas y apoyándonos en su eje y la leva las llevamos al sitio.

Montamos de nuevo la rueda y volvemos a montar el eje roscado que actúa sobre la leva desde el pedal, comprobando que actúa al pisarlo pero sin dejar la rueda frenada. Comprobar la luz de freno para evitar que no se encienda o lo haga demasiado temprano y limpiar todo durante el proceso con limpiador de freno que se lleva todos los residuos en un periquete, y ya tenemos freno para otros 50000kms, que son los que acaba de cumplir la K.

Se puede comprobar cómo el fiel de desgaste negro que va montado en la leva cerca del eje ahora señala sobre la marca de MAX que hay en el grupo trasero, si llegamos a la marca de MIN, la inferior, habrá que cambiar las zapatas otra vez, pero para eso falta mucho tiempo.
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