viernes, 4 de marzo de 2011

Dora con tacones

Después de unos días vuelvo a la carga, he tenido ratitos que he ido aprovechando para acabar de limar los trozos de pletina que había soldado al caballete, volver a soldar por los huecos, volver a limar, es lo que tiene no saber soldar bien y hacerlo una vez al año, que no te sale bien hasta que ya has acabado y hasta el año siguiente.
Algo parecido pasa con la pintura, como no des de vez en cuando la primera pasada debes tener cuidado para evitar descuelgues, es una pena, no pasar nunca del nivel de aficionado, pero al fin y al cabo esto es así una afición.


Y así han quedado los tacones de Dora, por mucho que limé se quedó 4 mm más grueso que el original, esto puede tener dos consecuencias, la positiva es que la moto estará más alta cuando descanse en el caballete y trabajos como hinchar las ruedas serán más sencillos, la negativa es que igual queda algo inestable, de momento y una vez bajada en el banco de trabajo la moto se ve estable, pero el firme a veces no es tan liso.
 
Con la caja de pintura abierta empecé a lijar algunas piezas, pero ya me han parado, parece que estoy usando una lija demasiado gruesa y eso hace surcos demasiado grandes y que luego hay que rebajar con otra lija o rellenar con aparejo.
Con todas las piezas nuevas, casquillos, tornillos y circlips, a montar el caballete, parece mentira cómo se complica una pieza para albergar tanto un caballete lateral, con su repliegue automático, un caballete central con su sistema de engrase y giro, y una sujección para la quilla que montaré al final. He engrasado los casquillos con grasa de litio que aguanta bien las temperaturas y todas las zonas de roce de las piezas para que el mecanismo vaya suave, sino, el auto-repliegue por ejemplo se queda a medias y nos deja la "pata de cabra" medio desplegada.
 

Así queda montado con todo lo nuevo, que bien se trabaja con cosas nuevas!!



Una vez hemos montado todo y comprobado que funciona fuera de la moto, toca presentarlo y atornillarlo a la base de la caja de cambios.

 
 
Y quitamos el tinglado que sujetaba la moto para dejar que trabaje el caballete.
 
 
Si todo está bien hecho, falta apretar al par adecuado las piezas, tenemos el caballete arreglado para unos cuantos años, con tal de rociar con grasa de vez en cuando el mecanismo por unos orificios que trae al efecto.

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