miércoles, 20 de abril de 2011

Restaurar una Sanglas, Capítulo 9: Restauración del motor 6


Cosas que salen mal


Como no todo en esta vida puede ser perfecto, en el proceso de reparación del motor ha habido cosas que han salido fatal, de hecho aún queda alguna por reparar del todo.


Principalmente me refiero a las cosas que se rompen, ya adelanté que se me rompió el tornillo del banjo grande de la bomba de aceite, pero hay pequeños detalles a tener en cuenta para evitar roturas mayores a posteriori.


La pasta de juntas.

Esta silicona que tiene la capacidad de aguantar temperaturas muy altas, tanto que nos permiten fabricar una junta sin junta y sólo usando este producto tiene una pega que quiero hacer notar a todo aquel que como yo sea neófito en el tema mecánico. Según aparece en las fotos del envase del producto, la silicona hay que echarla como si fuera para una boda, con un cordón cercano al medio cm de diámetro para crear una junta. Esto que es favorable a la venta de más producto, pues así acabaremos enseguida el tubo e iremos corriendo a comprar otro, es parecido a los anuncios de dentífrico, en los que la gente pone pasta de cabo a rabo del cepillo, con una cantidad equivalente a un guisante es suficiente para limpiarse bien los dientes, lo mismo ocurre con la pasta, con un agravante, al apretar las partes del motor a juntar la pasta aún está en estado líquido, al aplastarse, gran cantidad de pasta se va hacia dentro del motor sin control del lugar ni posibilidad de quitar como ocurre con la que sale al exterior. Esos restos de pasta son susceptibles de taponar orificios pensados para el trasiego de líquidos del motor, y el bloqueo de esos conductos nos puede llevar a la avería.


Así es como NO HAY QUE HACERLO.

Por lo tanto mucho tiento al poner esta silicona, casi es preferible una pequeña pérdida de aceite, que dará más carácter a nuestra moto que un gripaje en marcha rápida.


Los pares de apriete

Si hay un dato curiosos en los libros de mantenimiento de cualquier vehículo es aquel que nos indica con que fuerza debemos apretar los distintos tornillos y tuercas del despiece, a falta de estos datos en la Sanglas uno se va quedando corto en fuerza a la espera de una pérdida bien sea de aceite o aire/gas de escape, que señale una falta de apriete. 
El caso es que yo tuve una rotura al apretar el tornillo grande de la bomba de aceite, al ser hueco y con orificios para el paso del aceite, al menor tiento, el tornillo se partió. Fue muy sencillo sacarlo, y también conseguir uno nuevo pero si lo podéis evitar mejor que mejor.


El mismo caso aplico a las tuercas del escape.

Curiosamente ya había acabado la reparación y estaba montando el escape con una junta de cobre muy apañada, cual fue mi sorpresa al comprobar que en el suelo del banco elevador y una vez acabado de montar el escape, descansaba la citada junta, que por los movimientos de acople del escape a su sitio se cayó. Tuve que desmontar de nuevo el escape para volver a montarlo con la junta en su sitio, y al estar apretando la tuerca superior, clac, un ruido sordo me hizo temer lo peor, se había partido uno de los espárragos.

El trabajo de cambiarlo fue relativamente sencillo, hubo que taladrar el antiguo resto de espárrago, hacerle la rosca nueva y atornillar el nuevo, algún error debí cometer pues la rosca quedó muy débil y de nuevo al montar el espárrago se sale de sitio, produciendo pérdidas de gases de escape poco recomendables para la válvula. La solución pasará por desmontar de nuevo la culata y reforzar la rosca con un helicoil de 8. Os pongo fotos para que veáis el proceso a falta de la instalación del helicoil.




Hasta aquí los trabajos hechos en la FEYS, seguro que no he acabado con ella, pues cada vez me vuelvo más exigente con el funcionamiento general y de cada sistema, lo que me lleva a embarcarme de nuevo en aventuras como esta, animado por el revivir del cacharro que un día entró por la puerta de casa.

No quiero acabar este pequeño trabajo sin agradecer enormemente a todos aquellos que en persona o por la red siempre han estado ahí para echarme un cable cuando lo necesité, entre ellos y a riesgo de dejarme a alguien en el tintero, por lo que de antemano pido disculpas, están Fermore, Chopper, Pachi, Eruzo, Jumbo, Carlosn, Modesto y Modesto, (padre e hijo), Raúl, Albertom, Destral y Berni.
Agradezco también el esfuerzo y dedicación que algunos pocos tuvieron en promover y alentar al Club Sanglas Madrid y al Club Sanglas de Catalunya, a todos los que han hecho posible la fabricación de nuevos repuestos para nuestras máquinas, a aquellos que en pasado las conservaron para que nos lleguen a nosotros y a los que un día pensaron que este sueño era posible y las fabricaron. Es mi deseo que estos clubes no se alejen de los fines por los que nacieron y sean realmente un pozo de colaboración, de investigación y de diversión y gusto por la mecánica y los pequeños o grandes viajes en Sanglas.

Como no agradecer también la paciencia y el cariño de quienes nos acompañan y nos permiten andar liados entre porquería y con la casa llena de trastos viejos y casi inservibles, para que seamos un poco más felices.

1 comentario:

Deckard dijo...

Se echan de menos nuevos artículos, y todo sea dicho de paso, también tus entrada sobre vuelos y viajes, que ahora que ando con el curso de despachador bastante avanzado, podría entender mejor y a las que sacaría sin duda mejor provecho, espero que todo vaya muy bien, un saludo...